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Este blog es un lugar de escritura. Podes encontrarte con poesías, con crónicas, con apuntes de filosofía, con ideas en gestación, con escritos de alumnas y alumnos... podes encontrarte. La fotografía del cóndor volando en libertad, la saqué en el Cerro Tronador, muy cerca de Bariloche. Me llamo Francisco Mina. Cocino bien, jugaba al futbol, sigo andando en bicicleta, y soy profesor de Filosofía en educación terciaria en Escobar y Campana (Argentina al sur)

sábado, 11 de diciembre de 2010

Hacemos jugar lo imposible en lo posible. (Dadea, Miño, Bel, Palermo, Tobia)

Esto sucedió en el Cea donde trabajo desde hace 7 años, con un alumno de tercer ciclo, y otros adolescentes que no pertenecían al servicio educativo.
A la salida, un grupo con compartimiento agresivo hacia un alumno del Cea, intentaron ingresar para golpearlo; lo que me obliga salir hacia la vereda e impedir que estos jóvenes pudieran lograrlo. Mientras tanto mis compañeras llamaron al 911, y protegieron al alumno para evitar que lo lastimaran.
La conversación con estos chicos se hacia casi imposible por el estado que presentaban dos de ellos, costó mucho, incluso recibir agravios, y hasta debí poner el cuerpo para que no ingresaran, primero el alumno, ante todo. Sé que muchos no coincidirán con esto, por la responsabilidad civil, etc, pero mi conciencia dice, proteger al alumno siempre". 
Al divisar el patrullero, salieron corriendo, no sin antes amenazar al alumnos. Explicamos al oficial lo sucedido, una de las docentes concurrió a la comisaría hacer la denuncia, y el alumno tuvo que ser escoltado hasta su domicilio.
El problema se había originado en el barrio, donde ellos tienen códigos, que hacen respetar de un  modo no "aceptado por el resto de los integrantes de la sociedad".La Institución funciona en el Barrio Obrero, en las periferias de la ciudad, donde viven personas de condición social pobre",con muchas falencias socio-económicas, pero muchos de ellos con ganas de progresar.
No es la primera vez que nos enfrentamos a algo así, he debido separar a dos alumnos, colocándome en el medio, e impedir que se lastimen, en la esquina del Cea. Al otro día me entero que uno tenia una faca, y el otro un revolver, ahí si tomé conciencia del peligro en que me había puesto, pero bueno, ese miedo no duró mucho......
Pero no todo es negro. El 25 de mayo del corriente año, a raíz de un acto formal en el establecimiento, fue un grupo de danzas folklórica a mostrar lo que saben hacer, y los alumnos se interesaron por aprender estas danzas que son parte de nuestras raíces. Con apoyo del Profesor de danzas f. el Sr. Director y el acuerdo de las docentes, proyecto presentado, se comenzó a tener el Taller de danzas folklóricas, una vez por semana.
Ahí surgió la loca idea de mostrar lo que sabíamos en el Teatro Argentino, con un festival. Así fue, el 17 de nov, "Almas de mi pueblo",presentó a alumnos del CEA 705 y acompañamiento de las docentes en dicho festival.
Se hicieron rifas, se compró la tela en Capital, las internas de la U5 nos hicieron los trajes, y salió todo mejor de lo deseado!!! Estos acontecimientos, me llenan el alma, ver a ellos/as, que muchas veces son tildados/as, de "negros" por su vestimenta o el barrio donde viven, hayan podido llegar el Teatro, demostrar que pueden con esfuerzo realizar lo que se propongan, y no bajar los brazos, broche de oro para ellos y las docentes....
En nuestra tarea docente siempre tenemos una de cal y una de arena, pero hay situaciones que nos hacen creer que podemos modificar un poquito la rutina diaria de nuestros alumnos, la visión que ellos tienen de su propia vida, modificar su autoestima, y enseñarle aquello que no se puede encontrar en los libros". Cuántas veces nos ponemos a pensar qué modifica cada uno de ellos en nuestra propia existencia?....
Muchas palabras por decir, mucho para contar, pero son dos visiones de una misma Institución, dos caras de una misma moneda, antes de esto,"pensaba que vivía en un cuento con argumento", esta realidad me dio una cachetada y me enseñó a ser más humana.
Cuando vamos a fondo en la experiencia de cuidar/educar permitimos hacer visible a jóvenes y a adultos en sus identidades propias, y al hacerlo, enriqueceremos al mundo real que compartimos con el agregado de todas las posibilidades que encierra. Los docentes en contextos de encierro hacemos jugar lo imposible en lo posible: nos convoca la convicción que UNA VIDA PUEDE TENER VARIOS NACIMIENTOS.
   Los docentes somos CUIDADORES y debemos luchar culturalmente para que el cuidado humano devenga un saber inútil. Si nuestros alumnos tienen memoria de haber sido tratados como cosas, como medios para los fines de otros y a su vez haber aplicado a otro esa fórmula, debemos brindarles cuidado creando espacios para experimentar la alegría de aprender " con seguridad humana"(conceptos extraídos del módulo de Gestión en las prácticas pedagógicas.

Dadea, Soledad


Los alumnos me informaron que  uno de sus compañeros estaba en "buzón" porque en la celda contigua a la de él habían hecho un "pulmón", que lo descubrieron los "cobani" (empleo el vocabulario de ellos).
 Les pregunto que es un pulmón, ellos me dicen que es un hueco en la pared, pregunto si lo hizo Víctor, me dicen que no, que fueron los de al lado; pero que está en máxima por contestarle de mala manera a un cobani, y que le dieron quince días y que es posible que lo trasladen.
  Foucault habla de la clausura y sus usos disciplinarios, de las  cárceles móviles y de la cárcel:¿afuera o adentro?
El alumno está adentro, y más adentro todavía, solo, aislado, sin comunicación con sus compañeros y más aún con su familia, si  no le pudieron avisar y viajaron kilómetros de gusto. Y sin saber a donde va a parar.
Me preocupo como maestra y mas como persona que va a suceder con él, como ese encierro lo perjudicaría en los "beneficios" que él había pedido para salir en libertad, el  trabajo, el estudio para tener conducta, y por sobre todo para que sus hijos no se avergüencen de su ignorancia y poder ayudarlos cuando esté en la "calle".
El traslado estar " en el afuera" encerrado, boyando de un lugar a otro como la "nave de los locos".Dice Foucault " la navegación libra al hombre a la incertidumbre de su suerte, cada uno queda entregado a su propio destino, pues cada viaje es,  potencialmente, el último".
Miño, Andrea.

Escribo respecto al comentario que teníamos que hacer de algún suceso áulico y su comparación con la bibliografía.
Una de las cosas que más me llamó la atención cuando comencé a trabajar en la unidad (hace dos años) es que siempre me preguntaban si yo no tenía miedo, si mi marido me dejaba trabajar con ellos. Comentaban: -mire maestra que nosotros somos peligrosos. Otros decían: -algunos somos homicidas, no nos tiene miedo?
También suelen decir: -a nadie le importa de nosotros, para ud. Somos casos perdidos? -no vale la pena hacer algo por nosotros!!!. A veces lo dicen con tono irónico y hasta resentido.
Es como que siempre se están atajando; no pueden creer que para nosotros son alumnos como todos, que queremos que aprendan, queremos ayudarlos, aconsejarlos, etc.
Y entonces, cuando leo la bibliografía, los comparo con "la nave de los locos" y creo que ellos están subidos al  barco, que creen que están a la deriva y no tienen lugar donde desembarcar, que en "la tierra" ya no tienen su lugar. No sólo la sociedad los excluye sino que ellos mismos lo hacen!!!
Es muy notable el comentario que se hace de que "los locos, junto con los delincuentes, conforman el espacio de los "no contractuales". Es algo que tienen muy incorporado y de lo que no se pueden desprender.
También es notable cuando se dice que el barco de los leprosos luego fue el de los locos y ahora es el de los presos!!!

Bell, Valeria


Esto que te cuento es algo que me afectó (alguna lectura se podrá hacer?) : un día de trabajo común y luego de transcurrida media hora de clase, un alumno pide hablar conmigo en el patio y a solas, lo noté asustado... Me fui con él afuera y me confesó que había fumado un porro un rato antes de entrar a la escuela, que se sentía mal, que tenía palpitaciones, que no quería que avisaran a la casa porque lo mataban,(vive con su abuela, está bajo juez).Lo atendí, traté de tranquilizarlo, conversé mucho con él...
  Pensé en mis hijos, en los alumnos, en esta profesión, en los chicos de la calle, en el futuro, en la libertad, en la igualdad; no sé... quién soy yo para este chico?, por qué esa decisión de acercarse a la escuela?, soy yo cómplice?, tiene que ver con la identidad social?
  Todas estas preguntas surgen en el momento y en especial luego de leer "La sociedad y el poder", en la reflexión de Foucault sobre la clausura y sus usos disciplinarios, en la que el alumno entra a la escuela para ser clasificado, vigilado, reprendido, curado, formado, castigado...
 Qué debo hacer?, cuál es nuestro rol?...según Foucault "Evitar que naufrague su corazón de barco"
  Las imágenes de "Cantora" pasan delante de mí...
  Creo firmemente en el  amor que día a día puedo dar y trasmitir a mis alumnos, se encuentren detrás o no de las rejas; este es mi comienzo, quizás, luego de a poco, llegue el aprendizaje…
   Es esto traspasar el muro…?
Palermo, Gladys Viviana


En todos los tiempos y sociedades hubo personas invisibilizadas, olvidadas, degradadas, habitantes ocultos a la mirada de “lo socialmente aceptable”, negados a sus necesidades y heridos en su dignidad humana.
Algunos de esos grupos excluidos, estigmatizados como peligrosos, ante quienes se siente temor  y se trata de ocultar son nuestros alumnos, gran masa de adolescentes que no tienen terminado la escuela primaria, que fueron excluidos del sistema por estar excedidos en edad, por no cumplir con las normas institucionales, por no pertenecer a “la gran masa uniforme escolar”, con  problemas judiciales, familiares, sociales, que no encuentran un lugar de pertenencia, con problemas de adicciones “por pertenecer” (formar parte de un grupo), que no tiene trabajo, no tienen un oficio y  no tienen sobre todo expectativas de un  futuro mejor.
Otro grupo que tiene que ser “ocultado” son los adultos mayores, por ser el reflejo del “peor fantasma” de estos tiempos, precisamente el “paso del tiempo”, no importa la experiencia, la sabiduría de los años, lo que tengan para dar: no encajan dentro del sistema donde todo tiene que relucir, ser joven, bello y listo, son los valores socialmente aceptados.
Este proyecto de lectura además de la práctica en sí, tiene como objetivo el “encuentro” de dos grupos, totalmente opuestos y aparentemente distanciados, sin ningún punto en común, sin ningún acercamiento, y con preconceptos negativos  entre ambos.
Ahora bien, luego de transcurrido casi un año de terminado el proyecto con el primer grupo que lo puso en práctica, me reúno con algunos alumnos y noto que… me cuesta decir ex alumnos; ya egresados de la escuela primaria y transitando el secundario, los invito a que hagan una reflexión sobre la experiencia; dichas charlas fueron grabadas y se pueden ver aquí:


y noto, no sin sorpresa, qué: recordaban la experiencia y que tenían una valoración de la misma, teniendo en cuenta aspectos positivos y negativos, lo negativo precisamente estaba fundado en el  abandono, la soledad y la tristeza que notaban en algunos hogares o en algunos abuelos, también comentaban la sorpresa y la autonegación de visitar “viejos” creyendo que el proyecto no era posible, era un “aburrimiento”, etc.; de hecho comenzó con pocos alumnos asistiendo, luego con el tiempo y viendo la reacción de los ancianos, la disposición de la gente que trabajaba en los lugares y la emoción, siempre que pasara ese  primer momento de tensión y miedo a lo desconocido, manifestado por los abuelos y por los adolescentes, se daba una comunión y una empatía que sorprendió a todos, eran esperados, bien recibidos, halagados por la labor que desarrollaban, hechos estos que los motivó y motivó al resto para sumarse al proyecto. Todos rescataban los valores, los “consejos” como ser: seguir estudiando porque  era lo único que los podía ayudar, el cariño, la tristeza en las despedidas, las charlas, las  experiencias contadas, los alumnos veían con asombro que alguien trabajara 40 años en un mismo lugar, hecho hoy para ellos absolutamente alejado de su realidad y la de sus padres, también comentan que muchos les decían que al llegar a viejos y a esos lugares se dieron cuenta que lo material les servía para poco, comentan que la experiencia los ayudó a tener paciencia, mayor respeto, comprender a los adultos mayores, verlos como  niños que hay que enseñarles de cero, a reconocer que se podían divertir con ellos. Reconocer lo bueno de la inclusión, por un caso en particular donde estaban juntos un señor mayor con su hija joven con capacidades diferentes que fueron aceptados “juntos” para no romper el lazo familiar.
Y las cosas que les “pegaron fuerte”, considerar a algunos lugares como deposito, sentirse olvidados, desprotegidos, abandonados, solos y manifestando su soledad, algunos que por estar solos tienen como única opción entrar a los hogares, ver “las injusticia” de los hijos por dejarlos allí. Algunos expresan sus deseos de concurrir nuevamente a visitarlos, pero tienen dudas por la tristeza que les causa a los abuelos las despedidas.

A las charlas se sumó la mamá de una de las alumnas que trabajó siempre en hogares y compartió su experiencia cargada de emoción, de compromiso con el trabajo, con la tarea que realizaba, contaba los valores que rescataba de los abuelos, la confianza y dentro de esa confianza las bromas que se jugaban, manifiesta que los lugares en  los que trabajó los sintió como propios, haciendo de los trabajos el centro de su vida, llevando a sus hijas pequeñas en ocasiones especiales a compartir el día con ellos, el valor del cariño, de la confianza con límites, no poder despegar la imagen de sus propios padres en los adultos, y rescataba sobre todo la cultura del trabajo y del sacrificio de los mayores. Y menciona que en algunos lugares los ancianos son un comercio, que es un negocio.

Tobia, Marcela

            Si bien ya lo sabés, no todas trabajamos en escuelas de cárceles, sino algunas nos desempeñamos en comunidades terapéuticas, en escuelas abiertas con alumnos institucionalizados, dónde para estos alumnos la escuela constituye el “afuera”.

Luego de citadas las escenas áulicas  sustentamos nuestra conclusión con el siguiente marco teórico:
Los muros expresan ese corte entre aquellos que sucede en la ciudad al cual tenemos libre acceso y a lo que tenemos impedido. La cárcel y los institutos son un lugar privado sin acceso público. Pensar la cárcel como el único lugar de encierro es la mejor manera de impedir una crítica al modelo consumista y disciplinario de nuestra sociedad, el nudo de estas dos partidas diferentes es la imposibilidad de un sistema de justicia igualitaria; las dos alternativas ofrecen encierro, al igual que en las villas como el primer “afuera” en la vida de un niño pobre. Está afuera del pueblo de origen que no pudo dar una oportunidad mejor, pero también está afuera de la ciudad que ofrece las migas de su mesa opulenta. La escuela desafortunadamente da continuidad a este proceso de expulsión, literalmente echándolos por  problemáticos, muchos de los cuales terminan institucionalizados. “La auto exclusión: por lo general estos alumnos no crecieron en un contexto de socialización delictiva, sus padres trabajan o trabajaban mientras pudieron y no dudo que estos jóvenes en otro contexto social también lo harían. Es una generación que realiza un pasaje de la centralidad del trabajo a su combinación con otras actividades, lo que caracterizamos como el pasaje de la lógica del trabajador a la de proveedor. La diferencia está en la fuente de legitimidad de los recursos obtenidos”. (Kessler, Sociología del Delito Amateur)
Como docentes podemos utilizar la belleza de las palabras que rompen el encierro, vinculándolas con el afecto, con la confianza, con la proximidad, no nos serviría utilizarla como una daga filosa sino como una faca que transforma y vitaliza.
Como cierre compartimos estos dos textos:


Elogio de la instrucción

Aprende lo más simple.
¡Para aquellos cuyo tiempo llegó
Nunca es demasiado tarde!
Aprende el a,b,c.
No basta, pero ¡apréndelo!
No te desanimes, ¡Comienza!
¡Debes saberlo todo!
Debes asumir la conducción.
¡Aprende, hombre que estás en el asilo!
¡Aprende hombre que estás en la prisión!
¡Aprende mujer que estás en la cocina!
¡Aprende sexagenaria!
Debes asumir la conducción.
¡ Concurre a la escuela, hombre sin texto
Busca el calor del saber, tú que
Tienes frío!
Hambriento, toma el libro: es un arma
Debes asumir la conducción.
¡No temas preguntar, camarada!
No te dejes engañar.
¡Averígualo todo!
Lo que no sabes por ti mismo, no lo sabes
Revisa la cuenta, tú debes pagarla.
Pon el dedo sobre cada cifra.
Pregunta: ¿por qué estás aquí?
Debes asumir la conducción.

Bertolt Brecht (1898 – 1956)
 
 ___________________________ 


“En tan crueles pesadumbres,
en tan duro padecer,
empezaba a encanecer
después de muy pocos meses.
Allí lamenté mil veces
no haber aprendido a leer.
Yo no alcanzo a comprender
por qué motivo será,
que el preso privado está
de los dones más preciosos
que el justo Dios bondadoso
otorgó a la humanidá.
Pues que de todos los bienes,
en mi inorancia lo infiero,
que le dio al hombre altanero
su divina majestá
la palabra es el primero
el segundo es la amistá.

Hernández, J, (2006), El Martín Fierro, Ediciones Colihue. Buenos Aires

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