Bienvenidos

Este blog es un lugar de escritura. Podes encontrarte con poesías, con crónicas, con apuntes de filosofía, con ideas en gestación, con escritos de alumnas y alumnos... podes encontrarte. La fotografía del cóndor volando en libertad, la saqué en el Cerro Tronador, muy cerca de Bariloche. Me llamo Francisco Mina. Cocino bien, jugaba al futbol, sigo andando en bicicleta, y soy profesor de Filosofía en educación terciaria en Escobar y Campana (Argentina al sur)

lunes, 13 de diciembre de 2010

DE LOS CONTRATOS INCUMPLIDOS Y DE LOS VICIOS REDHIBITORIOS. Carlos R. Fernández Casal

LA EDUCACION EN LOS CONTEXTOS DE ENCIERRO
Profesor: Francisco  Mina
Alumno: Carlos R. Fernández Casal

Por estas horas estoy en esos tiempos en que todo me parece, que se debe revisar, referido esto especialmente a mi profesión, a mi carrera docente. De  la otra parte de mi vida, todo bien, los afectos a pleno, mi esposa, mis dos hijos, la salud, se va llevando, o mejor dicho ella me lleva a mí, esta profesión en algún aspecto me la ha quebrantado, pero,  igual no me puedo quejar. Un amigo decía que si después de los cuarenta no sentís algún dolor o no tenes aunque sea una pequeña dolencia, es porque ya no estás en este mundo. Yo ya cumplí cincuenta y cuatro y vamos tirando. Lo económico se soporta en base a horas de clase (demasiadas) y años de antigüedad, que me permiten percibir un salario digno. Las pretensiones materiales a esta edad ya fueron negociadas, no me desesperan para nada.

 Lo profesional, si me está haciendo ruido, siempre me lo hizo, no creo ser de esas personas a las que todo les resbala, más bien todo lo contrario, me duelen, me hacen sentir compromisos que a veces van más allá de lo aconsejable, dicen que no conviene involucrarse demasiado, la pasión  con que abordas las situaciones pueden  ser positiva s, pero cuando las cosas no salen bien, esa pasión te cobra altos intereses.
Realizando  uno de los trabajos para este post-título, que hoy, ya de viejo me ha puesto nuevamente en un rol casi olvidado, el de alumno, me puse a recordar viejas cuentas que a veces me reclamo, este reclamo vuelve recurrentemente cuando algo me sacude. Me pregunto vuelta a vuelta:
¿Habré cumplido con el contrato implícito suscripto con mis alumnos?, Estaré en deuda?, Les habré quedando debiendo?.
Desde las Ciencias Sociales, va, si uno quiere , desde cualquier lado, se intenta o creo que los docentes intentamos lograr generar en nuestros alumnos una reacción que los lleve a torcer el destino, a producir según los dichos de Galeano “ conductas antidestino”, que les permita  en buen romance y de acuerdo con lo que nos propone un filósofo, (que sé , Francisco vos respetas) , Fernando Savater, “ darse la buena vida”.
La buena vida que les propongo a mis alumnos es sencilla, medio parecida a la que creo estar dándome , es decir, estar en familia, querer y ser querido, estar rodeado de los afectos, ir sin prisa a cualquier lado, no vivir perseguido, estar alrededor de la mesa con los que uno aprecia, mirar los atardeceres, en mi caso frente a una hermosa laguna que tenemos en Junín, es decir cosas sencillas, poder escribir tranquilos nuestros pensamientos, nuestras vicisitudes y esperanzas, imaginar que cuando ya no estemos alguien encuentre algo de lo escrito y nos recuerde, o recuerde algo que hemos dicho, hecho o plantado y ese recuerdo sea con afecto ,con serenidad, sin rencores, sin malos recuerdos. Eso que quiero para mí, para mi futuro próximo y para el final, se lo planteo como proyecto de vida a mis alumnos, más que todo a los que se encuentran privados de su libertad ambulatoria. Les hago siempre esta salvedad, están privados de esa libertad, no de otra, la otra la tienen que ejercitar a diario, es como un músculo, la ejercitación la fortalece, la hace más resistente. Estos planteos se dan a diario en el aula, más allá de los contenidos específicos , le damos mucho espacio a estos temas, la calidad de ser persona, el quererse y respetar a uno mismo, para así y desde allí querer y respetar al prójimo, respetar la vida, la de todos, cuidarse, para ser cuidado.
Generalmente se dan charlas lindas, a veces, nos acaloramos en discusiones, donde afloran vivencias, recuerdos de ser no queridos, de no tener clase, de ser paria, de ser un olvidado, en definitiva de ser un perseguido por la vida misma. Ello es muy normal cuando comenzamos estos escarceos, los primeros rounds suelen ser de estudio y aparecen los primeros dolores que se tienen con el pasado y con el presente. Dije presente, ahora me pregunto ¿existe este tiempo?, ¿no será como algunos dicen que solo existe pasado y  futuro?, que el presente no se puede  aprehender. Bueno, pero pensemos en este presente, en las aulas, en las rejas, en ese olor a cárcel que todo lo impregna y en esa lucha que tratamos de dar para que nuestros alumnos piensen que el futuro puede ser mejor, que lo pueden cambiar y nosotros mínimamente, humildemente los podemos ayudar, ayudándolos a pensar de esta manera, a valorarse y a valorar a los demás y como si esto fuera poco intentamos también que se lleven alguna habilidad que les permita  “rebuscárselas decentemente” cuando recuperen la libertad, que no sé por que “caracho” muchas veces se dá en horas de la tardecita o de la noche. Que fenómeno, después de años preso, a veces sin conocer para nada la ciudad cercana a la cárcel, sin un mango, te “tiran” a la calle, parece a propósito, es para que veas todo negro, muchos tardan solo un rato en volver a caer, es casi lógica pura, se intenta conseguir algo de la forma en que se conseguía antes de caer. Las cárceles de la provincia, no tienen delincuentes seriales, ni altamente profesionalizados, ni que han dado un gran golpe y la guita los espera a la salida, la mayoría son chorros y encima pobres, estos chicos en las condiciones descriptas duran por lo gral. poco tiempo en libertad.
Me pongo a escribir y me voy, me extiendo en demasía, volvamos al inicio, al por qué del bajón, días pasados, más precisamente el fin de semana pasado, un muchacho de aquí de Junín, al que conozco, de la calle y de la cárcel, al que tuve de alumno en uno y otro lado, tuvo durante una salida  transitoria, un accidente gravísimo en moto, de la manera más tonta; había consumido, se desplazaba junto a su hermano en sendas motos, por una de las avenidas céntricas de la ciudad y a una velocidad  según algunos, cercana a los ciento treinta kilómetros por hora, las ruedas de las motos se tocan y el diablo actúa, este chico, sin casco , vuela por el aire, conclusión, fractura de cráneo, pérdida de masa encefálica. El martes  próximo pasado  el desenlace esperado. Fallece.
Este hecho , me hizo recordar dos hechos que viví de cerca en el pasado, uno de ellos, hace cinco años, en aquella oportunidad, habíamos tenido un alumno que se estaba por recibir de bachiller, había tenido contacto con él por casi cuatro años, primero lo había tenido de alumno en la Unidad Nro. 13, de máxima seguridad, luego lo habían trasladado a la Unidad Nro. 16 de mediana y en el año en que sucedió lo peor había sido trasladado a lo que nosotros decimos o denominamos SURA, es decir Subunidad de Régimen Abierto . Era un tipo macanudo, no parecía como en el caso de este pibe recientemente fallecido que pudiese volver a caer, como ellos dicen estaba haciendo las cosas bien, había logrado cambios de régimen, se recibía de bachiller, hacía cuanto curso se dictaba, tenía proyectos a futuro, su familia lo esperaba y lo bancaba. Participaba activamente cuando realizábamos estas tenidas sobre  “ el arte de saber vivir”, se había transformado casi en mi ayudante de cátedra. Todos estábamos expectantes ante sus avances. Llegó a su debido tiempo la solicitud de salidas transitorias, luego la vigilia para saber si la presentación judicial era favorable o la denegaban. Un  buen día llego, como tantas otras mañanas y la noticia  me esperaba de  boca de mi “ayudante” ,había sido autorizado, ese fin de semana, por fín y después de varios años iba a reencontrarse con su familia fuera de los muros de la cárcel, sus hijos, esposa y padres no tendrían que hacer los cien kilómetros que los separaban de su ciudad natal, Pergamino. La ansiedad lo carcomió durante toda la semana, hizo una torta para llevar, globos y tarjetitas fueron provistos por nosotros (los docentes) con destino a sus hijos. Todo era alegría, nuestro pichón iba a empezar a volar y lo veíamos tan fuerte que sabíamos, podíamos asegurarlo, el vuelo  iba a ser todo un éxito. La despedida, doble apretón de manos al estilo carcelario, pero también beso y abrazo, las últimas palabras  “el lunes nos vemos”, “el lunes te cuento”.
El lunes llegó, ese lunes por la mañana fue un día feo, era otoño, pero, ese lunes era más feo que un día de otoño feo, volví  a hacer con más cuidado que de costumbre, pues había niebla y lloviznaba, los ocho kilómetros que  separan mi casa del penal.
La llegada como de costumbre, dejar el auto en la playa, pasar el primer retén y dejar la credencial; pasar la segunda reja, hasta ahí solo el “buenos días”  de rigor, los penitenciarios que abrían las rejas eran solo conocidos de vista. Llego a la escuela, ahí veo la primera cara “amiga”, un penitenciario, un pibe joven que hacía las veces de encargado de escuelas, me miró serio, no me saludó, tiró como con bronca, con desazón, “vistes Carlos, mataron a fulano”, me dejó helado, no podía reaccionar, no atinaba a responderle, por dentro mío pasaron en un instante  miles de sensaciones, había muerto nuestro “protegido”, quien sin lugar a dudas iba a tener una segunda oportunidad. Cuando salgo de mi asombro, la pregunta que primero hago es ¿que le pasó?, era joven, no entraba en mi cabeza que hubiese fallecido de muerte natural, no esperé la respuesta, se la adelanté, murió en un accidente de tránsito; el pibe penitenciario asintió, pero, agregó: “Lo mataron cuando fue a chorear con dos cómplices”, no lo podía creer, había vuelto a las andadas, habían querido robar, mirá,  que vueltas tiene el destino,  a una maestra. La mujer, no se sabe, si se asustó, o se quiso defender y lo pisó con el auto. Resultado: muerte instantánea.
Estos dos hechos el de esta semana y de hace cinco años atrás, me plantean  una duda, estamos fallando, no logramos nuestro primer cometido, o al menos el que yo creo que asumo con ellos, que se valoren, el pibe de esta semana, no se valoraba. Por otro lado fracasado en este intento y al no valorarse no pueden valorar al otro. Es decir este contrato implícito que firmamos con nuestros alumnos para lograr aprender a vivir otra vida no lo estamos cumpliendo, les estamos fallando, en derecho civil se habla de vicios redhibitorios cuando algo no sirve para el fín que está destinado. Hoy me planteo seriamente no padeceré de algún vicio redhibitorio. Espero que este sinsabor sea, momentáneo, que vuelvan las ganas, que las nubes se despejen y que con el sol a pleno se recobren las ganas de encarar las tertulias.
Leyendo una nota que le hicieron recientemente a Camilo Blajaquis, vuelvo sobre el tema del contrato incumplido, él dice textualmente “En las villas como Ciudad Oculta los próceres no son San Martín, Belgrano o Sarmiento,son el que robó un blindado o el que mató a un policía”, más adelante reflexiona “De chico no te enseñan que es la ética, que es la moral. No te enseñan cual es el valor de la vida”. Que sencillo , en que pocas palabras te describe la vida de estos pobres  chicos que luego nosotros encontramos desesperanzados, resignados en nuestras escuelas en cárcel,  escuelas que a su vez adolecen de carencias, falencias y defectos.
Suponiendo que nuestro trabajo es inmaculado, sin errores. Cuan poco podemos igual hacer, les mostramos menos que la luz al final del túnel, les proponemos cosas distintas por muy pocos instantes, el después, el pabellón, la celda, la calle misma, que los vuelve a succionar como una cápsula que conduce al pasado, es un enemigo muy poderoso contra el que debemos luchar.
Termino con una pregunta que se hace Camilo y que yo también me hago ¿ Qué pasaría si inundamos las villas de cultura? , el se responde “Hagámoslo, y en cinco años hacemos una evaluación”. Bárbaro  no, que sencillo que parece, pero, hay un pequeño problema, nuestro país parece no soportar ni siquiera planes que duren cinco años, nuestros dirigentes  no soportan planear a tan largo plazo.
Por último quizás, no tenga nada que ver con todo lo expresado hasta aquí. Ví la foto de ese ataúd o mejor dicho de la cubierta de chapa, totalmente despojada de este chico que desgraciadamente a todos los que  lo conocimos nos movilizó. Una imagen huelga mil palabras, esa soledad, ese esperar sin ningún afecto el destino final de sus restos es desgarrador. Pero al verla también me asusta algo que vá más allá de la foto, me asusta la utilización de imágenes, peor, aún más  me asusta la utilización de la muerte, esta utilización ya no es  una acción humana, es de una bajeza tal que aterra, tengamos cuidado, los mercaderes de la muerte se han solapado de mil maneras entre el tejido de nuestra sociedad, tenemos que tener siempre el ojo atento para descubrir cuando aparecen , es un mal que desgraciadamente  nos ha acompañado desde los albores de nuestra historia. Más hubiese servido tenderle una mano amiga o prestarle un oído dispuesto a escuchar a quien hoy ya no está entre nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar con tu opinión y comentarios. Deja tu nombre por favor al pie del mismo

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...