Bienvenidos

Este blog es un lugar de escritura. Podes encontrarte con poesías, con crónicas, con apuntes de filosofía, con ideas en gestación, con escritos de alumnas y alumnos... podes encontrarte. La fotografía del cóndor volando en libertad, la saqué en el Cerro Tronador, muy cerca de Bariloche. Me llamo Francisco Mina. Cocino bien, jugaba al futbol, sigo andando en bicicleta, y soy profesor de Filosofía en educación terciaria en Escobar y Campana (Argentina al sur)

martes, 1 de diciembre de 2020

Amar saber. Saber amar

Educar los sentimientos es ayudar a componer un tiempo propio, propiciar un componerse a sí mismo en la trama de las relaciones y lazos que nos constituyen en aquello que somos y podemos ser. Por eso, la educación es un trabajo artístico, musical, filosófico con los sentimientos: escuchar la voz en la palabra, crear las condiciones para que todos consigamos componer nuestra propia melodía, para que podamos sentir la música que nos hace ser realmente aquello que somos. Más aún, la filosofía, como acabamos de afirmar, es la vivencia de un sentimiento por el saber y de un saber sentimental. Es eso que aprendemos en una escuela cuando ella es una escuela más que una institución, cuando una escuela es filosófica en ese sentido más propio de la palabra. Por eso, la filosofía es una posibilidad imborrable de la educación, aquella que permite a una práctica educativa ser realmente aquello que ella es y, a los que la habitan, encontrarse con lo que realmente son.

Walter Kohan en "Freire mas que nunca".

lunes, 30 de noviembre de 2020

Lo hice por vos, mamá!

Hay tantos “maradonas” como personas, cada uno elige el suyo, dijo Pedro Saborido el día de la muerte del Señor Don Diego Armando. Hoy vi que una jugadora de futbol de España se negó al homenaje por su relación oscura con las mujeres, y me pareció bueno lo que decía. Sería muy sano evitar todas las idolatrías y disfrutar las obras, que muchas veces son el grito desesperado de una humanidad quebrada. Eso obligaría a que tanta gente que no se siente atraída por el futbol se ocupara estos días de otra cosa.

Cuando yo era pibe no tenía mas que una bici vieja y la canchita a pocos metros de casa. Siempre "jugué mal", me corrijo, siempre jugué. Jugar era divertirse, reírse con los amigos, intentar hacer algo de lo que escuchaba los domingos en el relato de la radio. No era un chamuyo, era una práctica, un juego. Aprendí a respetar, a pelearme, a correr, a saltar, a no tenerle miedo al pelotazo... Recuperé algo del sol que me faltó hasta los nueve. Tantas cosas me dio ese potrero, y no había mucho mas. Cuando sos un pibe pobre, tenes ganas de muchas cosas, como todos, pero las frustraciones de los que viven junto a Vos: tu familia, tus compañeros de la escuela, tu barrio, te repiten despacito en el oído a cada rato: “no vas a poder”.
Hay mucha hipocresía en los discursos sobre Diego Maradona, posiblemente un desconocido hasta para él mismo. El mundo le ofreció dinero, cocaína, fama, placer … a cambio de su futbol maravilloso y del espectáculo inacabable de su ansiedad sin freno. Jamás le permitió dejar de ofrecer la magia de su habilidad. El que nunca intentó horas y horas dominar una pelota de cuero en la tierra y el pasto, hacerla bailar en el aire y meterla en una red a pesar de los once de enfrente, no sabe mas que lo que ve sentado en la platea o frente a un televisor, que es muy poco. El futbol es una experiencia humana, y por eso es un juego social, como la vida. Diego ofreció ese arte. Pero tampoco se le permitió dejar de ofrecer el espectáculo morboso de su herida original nunca curada. Fue una fiesta mostrarlo al borde de la muerte, como un loco que fascina caminando eternamente en la cornisa de su angustia y de su exceso. Un pibe lastimado por el hambre de la infancia, que se vuelve mas dura cuando tiene un balcón a una abundancia inalcanzable. La casa donde nació, la ocupa hoy una familia que cartonea. No hay joda, no hay romanticismo, no hay superhéroes. La puerta que da a la superación de los pobres está cerrada por el óxido. Cuando se abre, se paga un precio muy caro.
Me conmueve escuchar un diálogo telefónico de Diego al terminar el partido con los ingleses y su mamá. “No sabes como alegraste a todos los argentinos” le dice la “Tota”. Y el le contesta: “lo hice por vos mamá”. ¿Cuantos amores gratuitos, sinceros, habrá tenido este pibe envejecido que acaba de morir? Ese canibalismo que lo acompañó en toda su vida se continúa en el destrozo de su cuerpo inanimado. Se parece al juego del gato cuando se le murió el ratón entre las manos y lo agita por el aire para que reviva su placer.
Muchas veces escuché a mis alumnos de la cárcel, hablar de los partidos como un instante de libertad. “En ese rato no estás mas encerrado”.
Se murió un viejo prematuro, lleno de achaques y dolores. Se murió solo, como todos los mortales. Se murió un pibe que jugaba. Si vos podés, llevá una bolsa de comida al comedor o merendero que seguro tenés cerca de tu casa. Y llevales también una pelota, algún libro lindo de cuentos, unos cuadernos, algún juguete. Estamos jodidos mientras tengamos tantos pibes en la calle sin futuro.
Y junto a todos esos que lloraban tratando de pasar delante del cajón, con pocos dientes, con poca guita en el bolsillo, me uno en el silencio. Gracias Dieguito por tanta magia futbolera. Descansá en Paz.

                                                                                                                Francisco Mina

viernes, 18 de septiembre de 2020

Ser profesor

 Una brevísima reflexión sobre la identidad del profesor en nuestros días



lunes, 4 de mayo de 2020

Romper el techo


"Romper el techo"
Filosofía para los que están en la vereda.
Francisco Mina.

No está tan claro que la filosofía se pueda estudiar como estudiamos química, inglés o matemática. Muchos asociamos la filosofía a un arte. La materia con la que trabaja un alfarero es la arcilla.
La materia del arte de hacer filosofía es la pregunta, es el cuestionamiento de la realidad. Pero no estamos hablando de cualquier pregunta, sino de aquella que todavía no nos hicimos, de la pregunta que conmueve la quietud del saber. Aquel que sabe ya no se pregunta mas, por eso la Filosofía está mas cerca de la inquietud que genera la ignorancia. Por esto decimos que la edad filosófica es la infancia, porque es el momento en que no hay vergüenza de preguntarse por todo. Otra disposición para la filosofía es el asombro, esa capacidad para quedarnos mudos ante algo maravilloso. El enemigo del asombro es el acostumbramiento, esa especie de estar ante algo muy grande y no darnos cuenta.
Es difícil hacer filosofía cuando sabemos mucho, también cuando nos hemos acostumbrado a vivir, o a malvivir.

Conocí un nene que nació en una habitación oscura, muy oscura, detrás de la carpintería de su viejo. Vivió ahí con sus padres y su hermano menor hasta los nueve años. Un día le contó a su papá que había ido a jugar a la casa de un compañero de la escuela también muy pobre, pero en esa casa, había una ventana. "Es hermoso" le explicaba entusiasmado, "cuando se largó a llover veíamos el agua sin salir a la vereda!". ¿No podemos Papá hacer acá una ventana? No, no se puede, todas las paredes dan a los vecinos, y ademas la carpintería es alquilada. "¿Y en el techo?" insistió el nene preocupado... ¿No podemos hacer una ventana en el techo?
No! Es imposible, a ver si lo entendés, los techos no se pueden romper!

Esos techos que no se pueden abrir para que entre la luz y el aire, no son solo problemas de pobreza en términos de carencia monetaria. Son la imposibilidad de tantos pueblos de pensarse a si mismos de otro modo. Cuando un pibe no aprende a leer a tiempo, a escuchar y hacer música, a jugar libremente, a reírse y aprender, un techo mas se cierra sobre su cabeza con el mas pesado de los cementos: la resignación. Sin necesidad de palabras, se convencen millones de seres humanos en nuestro mundo, que una vida soñada es para otros. No pueden pensar y decidir por si mismos. Son pensados por otros.
Esos son "los que están en la vereda", buscando algo de luz. La filosofía nació en las calles y allí debería volver. Ella se define por la pregunta mas urgente y vital, que muchas veces se vuelve extremadamente simple: ¿por que no?

Empezamos juntos un curso y podemos llegar a cuestionarnos muchas cosas en él. ¿Por que no?
Este curso se llama "romper el techo" porque intenta ser una compañía en el camino de búsqueda del único objetivo genuino del pensar filosófico: la libertad.

Bienvenidos.





martes, 14 de abril de 2020

Pascua sin rituales

Hoy recordé una escena del pasado cargada de detalles: Estoy saliendo de la unidad penal de Campana, de la que soy profesor de su escuela secundaria, para adultos en prisión. Al traspasar la última barrera veo un joven caminando al borde de la ruta de una manera llamativa. Ha estado preso por situaciones de conflicto con la ley, y sin embargo lo reconozco por su ingenuidad para moverse en un territorio que se le ha vuelto ajeno. Paro mi viejo Ford para preguntarle para donde va. "No lo se" me dice, asomándose a la ventanilla, "quiero acercarme a algo que me lleve a Avellaneda". Lo invito a subir. Me lo agradece mucho. No ha sido alumno mio, pero nos hemos visto en algún pasillo de la cárcel. Los ojos no le alcanzan para mirar a cada costado mientras nos alejamos del penal. Su felicidad me contagia. "¿Tenés monedas para el colectivo?", le pregunto. Años después comencé a llevar alguna tarjeta "sube" con unos pesos cargados en el auto, por si se repetía la situación. Le explico que no hay mas boletos de papel que le compras al chofer, y me da la impresión que estoy hablando con alguien que viene de visita a un país lejano al suyo, o que vuelve del pasado. Y las dos situaciones son hoy su realidad.

Charlamos sobre cosas simples: su familia y la mía, el día de sol, tomar unos mates con su madre, abrazar a sus hijos, caminar un rato por el barrio.

Unas cuantas veces volví a disfrutar del oficio de ser el primer abrazo de bienvenida de un pibe que intentaba empezar de nuevo. Extraño mucho esos momentos.
Escribo estos recuerdos en esta mañana de Pascua tan diferente, junto a una ventana que me devuelve una calle inquietantemente vacía. Nuestra amenaza no es un virus, sino la vieja y temida muerte. Esa es la verdadera amenaza que sufren los pueblos con hambre, los trabajadores despedidos, los presos, los viejos,... y también sufro yo desde este lado de la ventana. La muerte como un puro abandono, como desesperanza, como dolor y soledad. La Pascua es ese abrazo del Amor que se hace Resurrección y se anticipa en cada plato de comida, en cada médico y enfermero agotados de tanto intentar alguna salida, en cada llamado de teléfono largo y paciente con aquellos que están solos. La Pascua es ese viaje al sol, el primer día de libertad, que espero alguno me ofrezca al borde del camino.

martes, 24 de marzo de 2020

Memoria verdad y justicia

desclasificados

la inteligencia de EEUU
durante la dictadura


El Cels, Abuelas de Plaza de Mayo, y Memoria abierta han trabajado los primeros 1000 documentos con criterios de ordenamiento y búsqueda que favorecen su consulta. Es un trabajo profesional sobre copias facsimil en inglés, sin digitalización de texto, que ha sido explorado y ordenado a fuerza de paciencia, sabiduría y responsabilidad ciudadana. El equipo de trabajo esta integrado por miembros de los organismos nombrados y 19 voluntarios de diferentes casas de estudios superiores de nuestro país. Invito a revisar el sitio, como una marcha virtual por la memoria. Felicito con emoción y orgullo a mi hija Macarena por formar parte de este equipo de trabajo.


https://desclasificados.org.ar/
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