Bienvenidos

Este blog es un lugar de escritura. Podes encontrarte con poesías, con crónicas, con apuntes de filosofía, con ideas en gestación, con escritos de alumnas y alumnos... podes encontrarte. La fotografía del cóndor volando en libertad, la saqué en el Cerro Tronador, muy cerca de Bariloche. Me llamo Francisco Mina. Cocino bien, jugaba al futbol, sigo andando en bicicleta, y soy profesor de Filosofía en educación terciaria en Escobar y Campana (Argentina al sur)

viernes, 11 de diciembre de 2015

Lluvia de invierno

Uno se queda así, como se ve
como puede quedar
y así se queda.

Llueve
llueve fuerte y no para, 
y es de noche
y no amanece nunca
y se hace larga la noche
y no amanece
y al fin sale el sol sin mucho brillo
y el frío humedoso se adentra por los pies
y moja el alma

Y uno llora en silencio
y el alma se humedece
y uno cuelga la ropa
y limpia las paredes y los pisos
pero el alma no
uno la banca así
mojada y sucia
de tanta inundación
de tanto frío.

Francisco Mina
Primavera de 2015

martes, 8 de diciembre de 2015

Esperando a los rubios


Variaciones irrespetuosas y tardías

sobre un tema de Cavafis. (1)




¿Qué hace la gente que no va a la Plaza / se queda mirando la tele / encerrada?
Es que llegan los rubios / que siempre dan / mucho mejor / en la pantalla.
¿Por qué el Congreso está trabado / y hay tantos que no quieren / hacer nada?
Esperan que los rubios / digan qué leyes /
consideran /
necesarias.
¿Por qué los precios han subido tanto / con toda la comida / remarcada?
Es que los empresarios quieren / regalar a los rubios / su profecía / confirmada.
¿Por qué la gente no va a la iglesia / sino a los bancos / a rezar / cada mañana?
Porque los rubios piden / creer en el mercado o reventar / palabra santa.
¿Pero por qué recelan todos / con cierta inquietud / en la mirada?
Porque los rubios eran / la solución /
pero no son /
serán la Nada.
Si a los bárbaros / con equívoca ilusión / el poeta les cantó y los esperaba /
estos prolijos rubios / nos harán extrañar / a la barbarie y la negrada.
Porque una cosa / viejo y sabio Cavafis / es un imperio decadente / en retirada
y otra / una tonta patria que le pone /
la alfombra roja al rubio /
y se regala.
Juan Sasturain

(1) Constantino Cavafis, poeta griego: 1863-1933
Esperando a los bárbaros (vínculo al poema completo)

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Volver

Se terminó el invierno.

Un día el frio cede
y salen, desahogados
los verdeados de las ramas grises

Tus manos y las mías
entendieron el frío
y trabajaron

no preguntaron nada
hicieron lo que había que hacer
y trabajaron

Y así estuvimos mudos
atentos,
vigilantes del ruido de los huesos,
cansados, doloridos,
pero caminantes.

Se han aquietado ya
los reclamos de muerte
que aparecían en todos los cajones
de la casa

¿Miraste el sol?
¿Viste que tibio viene el aire?
Compañera de lucha
de andar haciendo vida
Ayer miré como dormías
y me tranquilizó.


Francisco Mina
Primavera 2015

lunes, 16 de noviembre de 2015

Está escaseando el té de Ceilán!

Enrique Santos Discépolo, (Mordisquito) En su programa de Radio en 1951.

(El autor de "Cambalache"  "Malevaje", "Cafetín de Buenos Aires"...)


"Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquito. Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote. Vos, sí, vos, que ya estabas acostumbrado a saber que tu patria era la factoría de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado. ¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? Antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Y protestás.¿Y por qué protestás? ¡Ah, no hay té de Ceilán!. Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta.¡Pero no hay té de Ceilán! Y, según vos, no se puede vivir sin té de Ceilán. Te pasaste la vida tomando mate cocido, pero ahora me planteás un problema de Estado porque no hay té de Ceilán. Claro, ahora la flota es tuya, ahora los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos, ahora el gas es tuyo, pero…, ¡no hay té de Ceilán! Para entrar en un movimiento de recuperación como este al que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas y muchas ideas; algunas, monumentales; otras, llenas de amor o de ingenio; ¡todas asombrosas! El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda; el país se estructuró durante la marcha misma; ¡el país remueve sus cimientos y rehace su historia! Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo: porque no hay té de Ceilán. ¡Ah… ni queso!.¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a mí que no es un problema? Antes no había nada de nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez, y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca, vos te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien; ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí; pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro, ¡no hay queso! Tenés el aeropuerto, pero no tenés queso. Sería un problema para que se preocupase la vaca y no vos, pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación del resentido que no puede perdonarle la patriada a los salvadores. Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que resistir y que vencer las más crueles penitencias del extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comés cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras dieciséis millones duermen tranquilas porque tienen trabajo y encuentran respeto. Cuando las colas se formaban no para tomar un ómnibus o comprar un pollo o depositar en la caja de ahorro, como ahora,sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella vergonzante olla popular, o un empleo en una agencia de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de tus hermanos que se ríen, que están contentos… pero eso no te alegra porque, para que ellos alcanzaran esa felicidad, ¡ha sido necesario que escasease el queso!. No importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes, y que esos problemas los hayan resuelto personas. Vos seguís con el problema chiquito, vos seguís buscándole la hipotenusa al teorema de la cucaracha, ¡vos, el mismo que está preocupado porque no puede tomar té de Ceilán! Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a quién se la querás contar? ¿A mí, que tengo esta memoria de elefante?. ¡No, a mí no me la vas a contar!" -(Enrique Santos Discépolo, 1951).

lunes, 9 de noviembre de 2015

Escribir

“Un escritor es alguien que presta atención al mundo”


Susan Sontag

martes, 27 de octubre de 2015

Buscando luz

Se nos fue Tomás José Gómez, Tomy.
Muchos nos dimos cuenta que era tan nuestro en el mismo momento de la partida. Por eso es que “se nos fue”.
Y “se nos fue” porque también son nuestros Mauricio y Teresa, sus viejos, que ahora están mas solos.
Tomás, como todos, era “muchas cosas”. Probablemente me he quedado solamente con uno de esos tantos lados que se dejan ver. Habrá seguramente tantos otros.
Era un alumno del profesorado de educación primaria del Instituto 55 de Escobar. Un estudiante para ser maestro. En los actos del instituto, era el fotógrafo. Con una Nikon en la mano espiaba las caras, los cuerpos, los gestos. Los retrataba para compartirlos, para compartirse. Su propio cuerpo, me pareció alguna vez, algo cansado.
Hace unos meses su viejo, Mauricio, me alentó en la lucha con el cansancio de mi hija. Tiene los mismos veinte años que Tomás. Me arrimó algunas palabras que me hicieron mucho bien. Tenían que ver con esos grises desafíos que los padres enfrentamos cuando tenemos que pelear por la vida de los hijos.
Y la semana pasada el cuerpo de Tomás se cansó del todo, no pudo mas, y se nos fue.
En la despedida, su familia pegó en las paredes de la casa velatoria, fotos de esas que Tomás le sacó a la vida. Logró transformar ese momento tan extraño en una reunión de gente que miraba sus fotos, sus miradas de las cosas, para decirle adiós.
Al pisar el umbral, una de esas fotos, en el centro, mostraba un pasillo del colegio San Vicente. La perspectiva del camino en el papel, se continuaba en las lineas del pasillo de la sala. Como si el presente de ese día tan triste pudiera hablar con ese pasado donde Tomás miró en ese lugar, blanco y negro, un instante de belleza y provocación. Al mirar la foto desde la lejanía de la vereda, resaltaba el centro del punto de fuga final, de mucha luz.

Alguien del centro de estudiantes le deseó un feliz viaje, y me prendí también en el deseo. Ahora, pienso que salió a buscar ese final de luz tan atractivo, tan necesario de sus fotos.

martes, 13 de octubre de 2015

Potrero

Jugar a la pelota sin ver nada
sentir el ruido del cuero sobre el suelo,
de las suelas, y las risas,
presentir, imaginar, dejar hacer
al cuerpo sin tantos ojos viendo todo
sin tanto saber
sin tanto nada.

Jugar a la pelota al caer el sol
y un poco mas, y otro ratito
y gambetearle a la noche sin respeto
un poco de su muerte
fría y quieta.

Francisco Mina

Otoño de 2015

domingo, 12 de julio de 2015

Uso mis manos, uso mis ideas. (Cortometraje)

En 1973, un grupo de militantes populares iniciaron un proyecto de alfabetización de adultos en el Barrio Villa Obrera, en las afueras de la ciudad de Centenario, provincia del Neuquén, tomando en cuenta las experiencias cubanas y las desarrolladas por Paulo Freire en la década del ‘60.
Esta iniciativa fue filmada por Raúl Rodríguez, fotógrafo profesional, con el objetivo de realizar una película que sirviera para otros barrios, además de dejar el testimonio de las tareas realizadas.
Treinta años después “USO MIS MANOS, USO MIS IDEAS” rescata estas imágenes y los testimonios de quienes participaron en la experiencia, precursora de las campañas nacionales de alfabetización. Una experiencia que se nutrió del apoyo popular y se propuso transformar el concepto clásico de educación, a cambio de una lectura crítica de la realidad.

jueves, 9 de julio de 2015

El etnógrafo. De Ulises Rosell

El Etnógrafo

Dirección y guión: Ulises Rosell. Producción: Fortunato Films. Fotografía: Guido de Paula. Edición: Andrés Tambornino. Sonido: Francisco Seoane. Música: James Blackshaw. Intérpretes: John Palmer, Basilia Pérez “Tojweya”, José Fabián Ruiz “Qa’tu” y vecinos de Tartagal. Duración: 86 minutos. Origen: Argentina. Año: 2012.


miércoles, 29 de abril de 2015

Agua (mar)

Sentir como mi cuerpo se vuelve agua
a veces arroyo,
que transcurre en la dirección del viento
a veces catarata,
que cae furiosa por la barranca vital.
Ahora encerrada herméticamente
se despierta mansa, inmovil
pero al subir la luna
se vuelve inquieta
intenta salir por los poros del frasco
agua turbia, agua pura,
agua de todos los colores
ruega que le de el sol,
para hacerse vapor
y así volar sin dirección
agua que pasó por muchos canales
algunos estrechos,
donde no era bienvenida
y tuvo que hacerse lugar
otros anchos y amplios
donde pudo dibujar sombras con su oleaje
y cuando todo se pone gris
nace en forma de lluvia
que con su angustia le da vida a las flores
y con su fuerza transforma la tierra en barro
ablanda los cimientos
transforma el paisaje
y luego vuelvo a ser yo
carne y hueso, alma y cuerpo
todos los estados de agua
en un solo ser,
y mientras le doy lugar al arco iris
con su llegada triunfante
luego de la tormenta
sera cuestion de elegir
a cual de todos dejo surgir.


Macarena Mina
Otoño de 2015

jueves, 26 de marzo de 2015

latiendo


Ella camina lentamente,
disimulando las marcas de sus miedos en el suelo.
Hace muy poco que vino de las sombras
y el pesar de ese lugar, otro lugar,
le dejo un ardor de alas quemadas en los sueños.
Y con retazos
de muerte y de locura,
y respiros de vida imperceptible,
como un verde leve
que nace entre las piedras de su altura,
anda latiendo
y muestra sonrisas pasajeras
que yo le junto
en las heridas que me han hecho
la ceguera y la esperanza,
como dos manos
que aprecian el rocío
cuando escasea el agua.


Francisco Mina
verano de 2015



Gracias a Dios
Gracias a mi familia y a los amigos
Gracias a los compañeros del camino

viernes, 6 de marzo de 2015

Guanaco relincho (Leonidas Escudero)


Paró pata en la cumbre reinadora
y miró por el tiempo de sus hembras;
copó al viento, le puso contraseñas
y lo volcó en las cuestas azulinas.

De cogote cruzado con las nubes estuvo,
antojo de ser luz, pegado al cielo.
Corazón de algo grande parecía
diminuto en la mano de una peña.

Del alto nacedero de sus ojos, la nieve
colgaba derritiéndose para formar los ríos;
los pastos amarillos colgaban de su pecho
saltando las quebradas rumbo a las vegas verdes.

Y enhorquetó de pronto un eco en las orejas:
entre los farallones la piedrita movida.
Dio una vuelta en redondo, avizoró de frente
y así entró por el ojo de la carabina.

Lanzó un relincho azul, morado y negro;
le chispeó en el codillo abierta rosa;
sorprendido en secretos con su ángel
entró al revolcadero de la sombra.

Huyeron las guanacas por las crestas;
hilaron con su lana los abismos;
y la cumbre quedó sin corazón arriba,
como un grito en la nada, sólo piedra.


El poeta sanjuanino Jorge Leónidas Escudero recita "Guanaco Relincho". La belleza de la palabra que da forma al silencio de la muerte

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...