EDUCACIÓN EN CONTEXTOS DE ENCIERRO
A lo largo de estos años enseñando en una escuela en contexto de encierro, muchos de ellos han demostrado que las experiencias compartidas dentro del ámbito escolar, les sirve, y mucho. Esa palabra de aliento, de contención, el tiempo dedicado a escucharlos, da frutos. Nos necesitan humildes, no estamos para juzgarlos, sino para buscar sus potencialidades y ayudarlos a descubrir competencias personales que desconocen en su mayoría. Es lógico, han sido despojados de todo lo poco que en su mayoría traen consigo y no hablo solamente de lo material, sino de su capacidad para pensar con claridad en un ámbito tan particular y oscuro como es una cárcel, deben volverse primitivos en muchos casos para lograr sobrevivir, y no es poca cosa.
Una de las situaciones más significativas y conmovedoras que me tocó vivir, fue cuando se enteraron que a mi padre, un señor mayor, lo habían asaltado. En su propia casa, cuando entraba el auto al garage, vio por el espejo como entraban dos hombres que en segundos lo redujeron con un golpe muy certero. Deseaban a toda costa entrar a la casa, pero papá se negó rotundamente, temiendo por la seguridad de mi mamá. “Entonces vamos a pasear un rato, viejito” le dijeron, y uno de ellos se sentó al volante, el otro atrás y papá del lado del acompañante, con el delincuente de atrás pegándole con la culata del revolver, pidiéndole que no lo mire y amenazándolo continuamente que lo iban a matar. Conclusión, le robaron la radio, le sacaron trescientos pesos, le rompieron el espejo retrovisor y lo dejaron en el auto en las afueras de la ciudad. Papá llegó a casa por sus propios medios, pero con un estado de alteración tan grande, que temimos que sufriera un infarto. El impacto emocional que le produjo fue espantoso. Durante dos años, cuando oscurecía, debía estar toda la casa cerrada,( en invierno a las 5 de la tarde mas o menos) y no lo podíamos sacar de su habitación o de la cocina, salvo para ir al baño. Buscaba los rostros de los delincuentes por todos lados, y otros traumas lógicos que padecen las personas que han pasado por una situación similar.
A un curso le llegó la noticia de lo sucedido, por boca de otro profesor. Yo entré al salón a los dos días y di mi clase como lo hacía normalmente, con el mismo tono de voz, la misma “cordialidad”, luego me manifestaron ellos con que los trato siempre. Transcurrida la hora de clase y próxima a finalizar, uno de los internos me pidió si le permitía hablar. Yo inmediatamente le dije que sí, y le manifesté mi asombro ante tal pregunta. “Tiene los ojos tristes, señora… pero la clase la dio como siempre. Nosotros sabemos el motivo… Nos enteramos lo que le sucedió a su papá…” Yo quedé realmente impactada. No esperaba una reacción así de parte de ellos. De hecho hice un esfuerzo interior enorme para dar clase, no me sentía cómoda y, debo confesar, quería romperles la cabeza a todos. Es imposible no pensar por un momento “y yo a estos les doy clase, no cambian nunca, arriesgo mi vida de gusto, etc”. Más aún fue mi sorpresa cuando me pidieron disculpas en nombre de los delincuentes y manifestaron la vergüenza que ellos sentían por la falta de códigos, por su pasado desastroso, pero a la vez, marcaron la diferencia de lo que es recibir instrucción, contención, vieron lo que es sufrir “desde el otro lado”, lograron ponerse en la piel del otro. Además reconocieron lo difícil que pudo haberme resultado, darles clase como si nada. No entendían cómo no había existido una palabra de reproche, algo que los hiciera sentir incómodos, indefensos, descolocados.
La charla fue muy sentida. El grupo era excelente y yo creo haberles brindado lo mejor de mí en todo momento. Me manifestaron que el tránsito por la escuela les había brindado la posibilidad de tener una visión diferente de la sociedad. No era todo tan negro como ellos lo veían. Desde el “adentro” lograron visualizar un “afuera” simplemente diferente al que ellos vivieron, gente común, que vive de su trabajo y que también sufre.
Nuestra propuesta de educar en contextos de encierro, no sería de ninguna manera posible si no tenemos una mirada esperanzadora, de un futuro positivo posible, todos deben sentir “que pueden” y es nuestra misión el darles las herramientas y objetivos claros para lograrlo.
Por último, dejo algunas frases para reflexionar que creo que resumen todo nuestro esfuerzo como docentes, como así también nuestra eterna esperanza de que la educación forme parte de una política de estado seria dentro y fuera de las cárceles.
- “ Si deseas saber lo cara que resulta la educación, prueba con la ignorancia”
- “ Educad al niño y no deberás castigar al adulto”
- “En todo muro hay una grieta, es por allí, por donde la luz entra”.
EL HIJO
ResponderEliminar(Le fils)
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Dirección y guión: Jean-Pierre y Luc Dardenne.
Países: Francia y Bélgica.
Año: 2002.
Duración: 103 min.
Interpretación: Olivier Gourmet (Olivier), Morgan Marinne (Francis), Isabella Soupart (Magali), Rémy Renaud (Philippo), Nassim Hassaïni (Omar), Kevin Leroy (Raoul), Félicien Pitsaer (Steve), Fabian Marnette (Rino), Jimmy Deloof (Dany), Anne Gérard (Madre de Dany).
Producción: Jean-Pierre y Luc Dardenne, Denis Freyd.
Fotografía: Alain Marcoen.
Montaje: Marie-Hélène Dozo.
Diseño de producción: Igor Gabriel.
Vestuario: Monic Parelle.
Estreno en España: 5 Diciembre 2002.
SINOPSIS
Olivier es un monitor de formación profesional en un centro de reinserción social . Un dia la directora del centro le pide que acepte como alumno a Francis, un joven deseoso por saber todo sobre la madera. Olivier lo rechaza con el pretexto de que ya tiene demasiados chicos con él. El chico final-mente acaba entrando en el taller de soldadura. ¿Quién es ese chi-co llamado Francis? Olivier se negó a aceptarle en su taller de car-pintería. Entonces, ¿por qué le sigue por los pasillos del centro de formación, por la calle, en el edificio donde vive? ¿Qué le interesa de él? ¿Por qué parece tenerle tanto miedo?
...una situación nunca es plenamente legible, nunca es plenamente inteligible. Una situación siempre tiene un fondo de misterio, de enigma, de desconocido, que hace que nunca podamos determinarla.
ResponderEliminar¿Qué hacer después de una situación como la vivida por Victoria? aún más ¿Qué hacer después de una situación como la vivida por el personaje de la película?...
Como dice Ítalo Calvino, por boca de Marco Polo: “El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, el que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio”
Me parece que esa ha sido la elección de Victoria reconocer quién y qué no es infierno, hacerlo durar y darle espacio... ¿no?
siguiendo la frase de Sábato que enuncia Victoria sobre el final...
ResponderEliminartal vez no se trate necesariamente de una búsqueda del bien o del paraíso sino con la resistencia al infierno...