Ser docente en escuela en cárceles es un desafío, es enfrentarse a las dificultades que implica estar en el "adentro", con alumnos que están en el AFUERA de la sociedad, personas que ya se encontraban excluidas, por distintas razones antes de traspasar los muros. Este estado (el estar afuera) comienza en la mayoría de los casos desde la niñez, cuando ven la ciudad desde la orilla, desde afuera, desde la villa, cuando no tienen vínculos dentro del tejido social que los contengan.
Esto me moviliza a pensar que esta puede ser una generación que evite el crecimiento de las cárceles, con la ayuda por un lado de los alumnos en Contexto de Encierro que son padres, tíos o primos mayores que pueden evitar este destino para sus hijos, sobrinos, y habiendo podido descubrir otra forma de vida que pueden transmitir. Por otro lado me hace reflexionar sobre la institución escolar en su accionar como expulsora, donde los niños y adolescentes desertan o tiene una escolaridad de "baja intensidad"- como lo denomina Kessler-; nuestra generación tiene la posibilidad de trasformarla en una institución que sea un medio de inclusión, que brinde herramientas necesarias para que cada persona pueda llevar adelante su propio proyecto de vida. Según Kessler "escolaridad y delito no pueden continuar siendo pensadas como mutuamente excluyentes", si bien la institución escolar no tiene incidencia directa en las conductas delictivas, su accionar puede favorecer o contrarrestar tendencias que se gestan fuera de ella. La deserción escolar debilita el entramado vincular de los jóvenes, la integración e interdependencia de los mismos, reduciendo las oportunidades de construcción de un propio proyecto personal.
Con un pensamiento completamente optimista, considero que desde las escuelas en contextos y los que tenemos la oportunidad de trabajar en otras escuelas, podemos aportar un granito de arena para que se revierta esta situación, para hacer realidad estos términos que tanto resuenan y que tanto sentido tienen: INCLUSIÓN - IGUALDAD - ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD- etc.
En esta "enriquecedora" tarea de ser docente, en el intercambio que se ocasiona día a día con los alumnos en las clases en contextos, pude confirmar el valor que ellos le dan a la educación, como agente legítimo de socialización.
En una oportunidad, en el desarrollo de una clase los felicité por los avances que fueron teniendo tanto en la comprensión de contenidos, como en la transferencia de los mismos, el afianzamiento en la relación entre ellos y los logros de trabajos en equipo. Les hice saber que me sentía orgullosa de ser su profe. Ellos se mostraron agradecidos por el reconocimiento pero me manifestaron sus inquietudes, me preguntaron si nosotros como docentes podíamos hacer "algo" para que más personas detenidas en los distintos pabellones comenzaran a ir a la escuela. Nos detuvimos para hablar del tema, todos los alumnos del curso coincidían que viven o conviven mucho mejor con aquellas personas que fueron a la escuela o que lo están haciendo.
En relación a lo antes mencionado quiero resaltar algunas ideas que fui tomando nota en el transcurso de la película "Si sos brujo":
- la importancia del intercambio de experiencias con el "maestro": en el acto educativo se crean lazos donde la construcción del conocimiento transforma a los sujetos, educandos y educadores. Los docentes por nuestra propia rutina perdemos muchas veces la noción de la importancia del rol que cumplimos en esta relación.
- levantar su autoestima: es indispensable condición en estas escuelas con realidades tan complejas y diversas donde la "Institución Totalizadora"-como Goffman llama a las cárceles- los ha despojado de subjetividad y destruido su autoestima.
-hay que aprender a tocar música en el escenario: la educación es una herramienta muy significativa, necesaria para proyectar el futuro, pero en un presente, "algunos de ellos podrán tomarla como manera de vivir dentro de la cárcel, limitando los niveles de degradación e indignidad" que esta produce, como afirma Alcira Daroqui.
- ...este proyecto no es solo para nosotros, sino para preparar generaciones futuras: sin pensar la educación como cura de una enfermedad, sí podemos pensarla como un instrumento que brinda la posibilidad de elegir con libertad.
Como docente de una ECE siento la responsabilidad y compromiso diario de "mostrar que el proyecto funciona".
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