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Este blog es un lugar de escritura. Podes encontrarte con poesías, con crónicas, con apuntes de filosofía, con ideas en gestación, con escritos de alumnas y alumnos... podes encontrarte. La fotografía del cóndor volando en libertad, la saqué en el Cerro Tronador, muy cerca de Bariloche. Me llamo Francisco Mina. Cocino bien, jugaba al futbol, sigo andando en bicicleta, y soy profesor de Filosofía en educación terciaria en Escobar y Campana (Argentina al sur)

sábado, 2 de julio de 2011

¿Por qué el docente no es eco de los problemas que pasan?

Blanco, Ana María.
Domínguez, Florencia.
Ibarra, Johanna.

A partir del estudio y análisis de los textos propuestos por la asignatura de “Análisis Filosófico”, se puede establecer que la experiencia a elegir por parte del grupo de trabajo es la invitación a la experiencia de colectiva de reflexión y acción sobre la escuela y sus contracaras expuestas, es decir, por un lado, analizar la escuela como un aparato ideológico de Estado desde la postura Michel Foucault en su texto “Vigilar y Castigar”,  mientras que por el otro, se busca repensar a la escuela desde el planteo de varios profesionales de la educación en el texto “Aprender y enseñar” de Francisco Mina y sus colaboradores; y por último, se deben connotar estas vicisitudes desde la mirada de Paulo Freire en la “Pedagogía del Oprimido” y su análisis acerca de la esencia de la educación como practica de la libertad.

Resulta interesante avocarnos a la vista de la Escuela como un aparato ideológico de Estado[1], es decir que la escuela junto con otras instituciones del mismo se caracteriza por enseñar “habilidades” para no solo reproducir la ideología dominante, sino también la reproducción de la fuerza de trabajo. También consta del poder disciplinario que tiene como función, enderezar  la conducta de los individuos, y la utilización de varios instrumentos para lograr su aparente éxito, como por ejemplo, la inspección jerárquica, la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento que le es específico: El examen.
En el transcurso de la época clásica vemos como se construyen los observatorios de la multiplicidad humana,  con un modelo ideal de diagrama de un poder que actúa con el efecto de una visibilidad general. Durante mucho tiempo se encontraron varias construcciones e infraestructuras de este tipo, el hospital-edificio como instrumento de la acción médica para observar mejor a los enfermos y ajustar los cuidados para el paciente; y la escuela-edificio como encauzamiento de la conducta. Se establecía la idea de educar cuerpos vigorosos, imperativo de salud; obtener oficiales competentes, imperativo de calidad, formar militares obedientes, imperativo político; prevenir el libertinaje y la homosexualidad, imperativo de moralidad.
Las instituciones  disciplinarías  han secretado una máquina de control que funcionó sobre la conducta y que llegaron a formar  entorno a los hombres un aparato de observación y registro que produce poder y distribuye a los individuos en ese campo permanente y de continua conducta, por eso el aparato disciplinario perfecto permitía con una sola mirada verlo todo en forma permanente, pero la mirada disciplinaria ha tenido necesidad de relevos por ejemplo en la organización de la enseñanza: la especificación de la vigilancia e integración al nexo pedagógico, con el desarrollo de las escuelas, el aumento de los alumnos, el desorden y la confusión, se hacía necesario la instalación de controles para ayudar al maestro. No obstante, la disciplina lleva consigo una manera específica de castigar, por ejemplo, la falta del alumno es como un delito menor, una ineptitud para cumplir sus tareas.
De esta manera, el castigo disciplinario tiene por función reducir las desviaciones, por lo tanto es correctivo, y el castigo en la disciplina es un elemento de un doble sistema: gratificación-sanción y en la distribución de los rangos o los grados tiene un doble papel, señalar las desviaciones, jerarquizar las cualidades, las competencias y las aptitudes, pero también castigar y  recompensar.
Entonces cabe preguntarnos ¿Limites o no limites? Según Obiols plantea que es una tarea de la educación realizar esta tarea de manera tal que la persona adecue su accionar al principio de realidad sin renunciar a la satisfacción de sus deseos.
Actualmente, las instituciones ponen en evidencia ciertos manifiestos la “Falta de disciplina” o “desorden”, pero atrás de estos se encuentra una añoranza de épocas de autoritarismo en la que el formalismo y rituales imperaban irrestrictamente en que las que todo el poder se dirigía claramente de arriba hacia abajo, época que quedo con le calificativo de “represivo” y “Autoritario”. Con la vuelta de la democracia se busco un clima hacia la “convivencia” como producto de la participación de las autoridades, docentes, alumnos y padres. Donde se estableció (y se sigue estableciendo) la redacción de “Pautas de convivencias” (pautas de obligaciones de alumnos y docentes y establecen un régimen de sanciones) pero esto se ve alterada por situaciones o caso puntuales problemáticos ocasionados en situaciones personales e algún alumno o algún docente que difícilmente lleguen a constituirse en problema institucional.
Así mismo, el examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que normaliza. El examen no se limita a sancionar un aprendizaje, sino que permite al maestro, a la par que transmite su saber, establecer sobre sus alumnos todo un campo de conocimientos y  crea en la escuela un intercambio constante de saberes garantizando el lugar de elaboración del  los conocimientos del maestro al discípulo, siendo de esta manera  la escuela el lugar de la elaboración de la pedagogía.
Ahora bien, repensar la escuela y la educación es uno de los planteos del texto de “Aprender y enseñar”, este implica hacer un análisis profundo acerca del rol que hoy por hoy deben cumplir los docentes frente a los alumnos y a su vez destacar la importancia de los educadores en intentar transformar el mundo con la simpleza de la palabra. Si bien, la escuela ha sufrido una profunda crisis en los últimos tiempos, y así mismo el rol del docente ha mutado drásticamente cubriendo múltiples tareas, se debe considerar a los alumnos como sujetos de derechos. Los colaboradores de Francisco Mina, elaboran en sus análisis una serie de preguntas interrogativas acerca de las diversas miradas que existen hoy sobre la escuela, y los roles que se ejercen en ella. La existencia inauténtica de Heidegger, hace referencia acerca de la conciencia prestada, es decir, como uno adopta la postura del otro sin conciencia crítica al respecto. Con lo cual, se vuelve a la idea de hombres que no pueden pensar producto del agitado quehacer cotidiano, que luego repite lo último que leyó o lo último que escucho. No hay una forma de apropiarse del mundo que los rodea sino respondiendo a una forma silenciosa de dominación, donde se concluye por preguntar ¿Educamos para liberar o limitar?, ¿Qué lugar ocupa la educación hoy? ¿Cuál es la relación de la escuela con la ciudadanía? ¿Debe la escuela repensar su propio espacio?
La crisis educativa fue entendida por muchos como una oportunidad creativa que les da el lugar de poder  desarrollar el proceso de aprendizaje desde la propia experiencia. Esta crisis, es el punto de partida para la elaboración de nuevas estrategias y métodos que mejoren la propuesta educativa año tras año.
Tomando en cuenta la época en la que vivimos, la educación autentica, se hace con la mediación del mundo, un mundo que impresiona y desafía originando visiones llenas de esperanzas. Es decir que el docente comparte en el aula con sus alumnos, una situación viva y dinámica que se establece entre todos, día a día. Es una relación dialéctica donde cada uno se comunica verbalmente o actitudinalmente con intención o no, es recogido por el resto y reelaborado en repuesta que generan nuevas repuestas a su vez. El conocimiento va creciendo a impulso de todos y sus resultados son detectados y explicitados por un profesor que también aprende y alumnos que también enseñan.
Solo a partir de una situación concreta, reflejando las aspiraciones del pueblo, podemos organizar el contenido de la educación.
Nuestro papel no es hablar al pueblo sobre nuestra visión del mundo o intentar imponerla, sino dialogar con él sobre su visión y la nuestra.
Por eso a veces, educadores y políticos hablan sin ser entendidos. Su lenguaje no sintoniza con la situación de los hombres a quienes hablan y su habla es un discurso más, alienado y alienante.
El lenguaje del educador y del político, como el lenguaje del pueblo, no existen sin un pensar y ambos pensamiento y lenguaje, no existen sin una estructura a la cual se encuentren referidos, por eso es preciso que el educador y el político sean capaces de conocer las condiciones estructurales en que el pensamiento y el lenguaje del pueblo se constituyen dialécticamente.
A partir de esto, intentamos entrar en el interior del dialogo se nos revela la palabra, a partir de esto decimos que es el dialogo y es la unión existente entre la acción y la reflexión, por esto el hombre no se hace en el silencio sino en la palabra y esto transforma el mundo. Pero para que exista un verdadero dialogó debe existir un pensamiento critico que no acepta la dicotomía mundo – hombre.
En conclusión, algunos autores plantean que la escuela se encuentra en plena transformación que va conjuntamente con los cambios políticos, sociales, económicos y culturales que afecta a la sociedad actual,  mejor cabe pararse en aquellos que hablan de una crisis que implican un quiebre en el orden, pero oportunidad para constituir otro distinto.
Estamos en una sociedad postindustrial, es la sociedad del conocimiento; el conocimiento es la nueva riqueza de las naciones y nunca como ahora, fue necesaria una mano de obra tan altamente calificada. La producción ya no se organiza de acuerdo con el modelo taylorista[2], por el contrario, se trata de producir, relativamente, pequeñas series de artículos e innovar tecnologías en forma constante. Por lo cual en el ámbito educativo debe instruir y que sea capas de seguir aprendiendo puesto que el mercado lo demanda.
Pero cabe señalar que nuestra sociedad pasa distintas dificultades como desnutrición, pobreza, malarias, exclusión, desigualdades tanto de distribución de riquezas como sociales, etc., factores que afecta a la educación Argentina y lo cual las escuela en general (autoridades, docentes y sociedad) debe afrontar.
Hoy por hoy, la escuela no puede responder al mercado sino a las necesidades que presenta miles de niños y adolescentes que ingresan al ámbito educativo, esto quiere decir, la escuela pasaron de dejar de lado las sanciones y tratan de brindar  apoyo efectivo con el fin de que permanezcan en la escuela hasta su finalización. Este apoyo consiste desde incluir ayuda material y programas complementarios de enseñanza, justamente opuesto al “facilismo” que aprueba a todos sin exigir un mínimo de conciencia.
Entonces debemos preguntarnos: ¿Qué rol debe cumplir la escuela en una sociedad de constates cambios sociales, tecnológico, culturales, económicos y políticos?; ¿La escuela esta capacitada para afrontar los nuevos desafíos?; ¿La escuela debe ser un lugar de entregar de conocimiento o  lugar de contención? ¿0 debe conjugarse ambos?; ¿Los docentes deben estar preparados para diferentes manifestaciones sociales como el abuso, la violencia o desnutrición?; ¿Por qué el docente no es eco de los problemas que pasan?; Cuando hablamos de incluir ¿A que se refiere? Porque hay jóvenes discapacitados que no pueden acceder a la escuela por la mala infraestructura edilicia o que no cuentan con el equipo necesario para que pueda “Incluirse”. ¿A que refiere igualdad? Cuando niños y jóvenes no tienen los mismos recursos para poder acceder a la educación. ¿El Estado? ¿La sociedad? ¿Tan individualista nos volvimos?
Tanto exigimos a la educación y nos “Quejamos” de los adolescentes de que son “irresponsables, irrespetuosos y violento”. Obviamente que lo son gracias a la sociedad que vivimos, ¿si la sociedad no es responsable del futuro de los mas jóvenes? menos pretendamos de ellos. Los adultos les gritan y los desvaloriza ¿cómo que no nos van a agredirnos? ; ¿Pretendemos que no sean violento? cuando en todo momento por televisión y radios se ve tanta violencia mundial, ¿como que no pueden ser violento? Cuando va a la escuela los docentes faltan, no tienen ni sillas para sentarse, donde las aulas se ve excedidas por la cantidad de alumnos en una aula 2 por 2. ¿Qué pretendemos nosotros? cuando nosotros somos los efectores y los adolescentes son el espejo donde se refleja todo los que pasa en la sociedad.



[1] Aparato ideológico de Estado: Designamos con este nombre a cierto numero de realidades que se presentan al observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas. ALTHUSSER, Louis “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”. Ediciones Nueva Edición.
[2] Modelo taylorista: es la producción de un articulo en grandes series a lo largo de muchos años.

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