Feliz año nuevo...yo sigo.

El año pasado en esta fecha, escribí alguna cosa para saludar a los amigos y compañeros de camino. Seguramente por cosas que he vivido en este 2011, tengo una dura sensación de aburrimiento ritual en estos días. Un espiral tedioso, repetido, desgastante, que muestra la vida como un sinsentido inevitable. Cumplí 50 años en mayo y me sentí de bronce y de cartón. Luego murió mi viejo. Al mes nos robaron la casa, y ayer, mi mamá tuvo una disfunción cardíaca y estuvo internada para una observación. Entre medio de todas esas cosas, me reí mucho, mis hijas descubrieron mundos nuevos, mi mujer está cada día mas linda y compañera. Amigos nuestros han tenido hijos, se divorciaron, se volvieron a casar y otros, como Joaquín, se murieron.

Un año es un invento interesante. En una calesita que gira con comienzos y finales desencontrados, desparejos, imprevisibles...y nos decimos que esto termina...y mañana empieza. Yo celebro con ustedes porque sigo. Sigo buscando, sigo esperando, sigo luchando. Ya tengo relojeada la sortija, y tengo el pálpito que en una vuelta de estas me la quedo. Ayer saqué una mas para mi vieja (la sacó Ella y yo le di una mano).

Feliz año, si hay deseos. Feliz camino nuevo, si hay algo que buscamos todavía.

Igual que el año pasado, pero distinto, escucho y comparto “Este cuore”, de Julián Centeya y Daniel Melingo. A los amigos!