Hace unos meses, compartimos el espacio de un postítulo para docentes en cárceles. Debía hablar sobre la "educación para el trabajo", y me pareció interesante relatar mi experiencia de pibe en torno al taller de carpintería de mi viejo, donde nací. Dos meses después recordé esos apuntes con otra valoración. Emiliano Vassil, docente de Ituzaingó, escribió esto poniéndole ritmo a las palabras de su cuaderno, y me lo regaló.
Los cuadernos de apuntes, las clases, los alumnos, los docentes, la amistad, la vida y la muerte, todo me parece que tengo que volverlo a aprender.
Le vuelvo a agradecer a Emiliano su afecto y compañia.
Al Carpintero
Yo tuve quien en mi corazón
trazó marcas. Pino , cedro, araucarias…
trazó marcas. Pino , cedro, araucarias…
Y de la viruta que allí quedó
nacieron mis sueños.
nacieron mis sueños.
Cepillo para pulir
angustias de mi alma
angustias de mi alma
Serrucho para cortar
amor que enseña y se extraña
amor que enseña y se extraña
Carpintero de tu piel
ebanista de tu aliento
ebanista de tu aliento
Mi martillo y mi cincel
van labrando mi lamento
El tango es mi taller
mis amigos mi herramienta
Y de ti adopte la madera y la experiencia.
van labrando mi lamento
El tango es mi taller
mis amigos mi herramienta
Y de ti adopte la madera y la experiencia.
Emiliano Roberto Vassil
Primavera de 2011
Los pasos en este camino de aceptación de la partida de nada menos que nuestros padres se vuelven más llevaderos en el reconocimiento de los otros de las pequeñas grandes cosas que nos quedan, la memoria de momentos,sensasiones,imágenes... un abrazo coincidimos en el tiempo de este despojo doloroso. Lucas G.
ResponderEliminarMuchas gracias Lucas.
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