Gracias Maria Elena por tu poesía tan simple y necesaria.
Sábana y mantel.
Son trapos de ser humano,
si humano lo dejan ser.
Sencilla gala de pobre
y no lujo de burgués,
que se puede tener mucho
pero no tener con quién.
El hijo de la intemperie
los teje más de una vez
y puede con hoja verde
adornar su desnudez.
Salvaje quien duerme avaro
y mata el hambre de pie.
No te los dan en la cárcel
y, por más que te los den,
en el destierro no suelen
aliviar sueño ni sed
porque no saben la historia
escrita sobre tu piel.
Uno manchado de vino
que señal de gozo es,
y la otra humedecida
con rocío de querer:
que no le falten a nadie
en este mundo tan cruel.
María Elena Walsh
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