"Romper
el techo"
Filosofía
para los que están en la vereda.
Francisco
Mina.
No está tan claro que la filosofía se
pueda estudiar como estudiamos química, inglés o matemática.
Muchos asociamos la filosofía a un arte. La materia con la que
trabaja un alfarero es la arcilla.
La materia del arte de hacer filosofía
es la pregunta, es el cuestionamiento de la realidad. Pero no estamos
hablando de cualquier pregunta, sino de aquella que todavía no nos
hicimos, de la pregunta que conmueve la quietud del saber. Aquel que
sabe ya no se pregunta mas, por eso la Filosofía está mas cerca de
la inquietud que genera la ignorancia. Por esto decimos que la edad
filosófica es la infancia, porque es el momento en que no hay
vergüenza de preguntarse por todo. Otra disposición para la
filosofía es el asombro, esa capacidad para quedarnos mudos ante
algo maravilloso. El enemigo del asombro es el acostumbramiento, esa
especie de estar ante algo muy grande y no darnos cuenta.
Es difícil hacer filosofía cuando
sabemos mucho, también cuando nos hemos acostumbrado a vivir, o a
malvivir.
Conocí un nene que nació en una
habitación oscura, muy oscura, detrás de la carpintería de su
viejo. Vivió ahí con sus padres y su hermano menor hasta los nueve
años. Un día le contó a su papá que había ido a jugar a la casa
de un compañero de la escuela también muy pobre, pero en esa casa,
había una ventana. "Es hermoso" le explicaba entusiasmado,
"cuando se largó a llover veíamos el agua sin salir a la
vereda!". ¿No podemos Papá hacer acá una ventana? No, no se
puede, todas las paredes dan a los vecinos, y ademas la carpintería
es alquilada. "¿Y en el techo?" insistió el nene
preocupado... ¿No podemos hacer una ventana en el techo?
No! Es imposible, a ver si lo entendés,
los techos no se pueden romper!
Esos techos que no se pueden abrir para
que entre la luz y el aire, no son solo problemas de pobreza en
términos de carencia monetaria. Son la imposibilidad de tantos
pueblos de pensarse a si mismos de otro modo. Cuando un pibe no
aprende a leer a tiempo, a escuchar y hacer música, a jugar
libremente, a reírse y aprender, un techo mas se cierra sobre su
cabeza con el mas pesado de los cementos: la resignación. Sin
necesidad de palabras, se convencen millones de seres humanos en
nuestro mundo, que una vida soñada es para otros. No pueden pensar y
decidir por si mismos. Son pensados por otros.
Esos son "los que están en la
vereda", buscando algo de luz. La filosofía nació en las
calles y allí debería volver. Ella se define por la pregunta mas
urgente y vital, que muchas veces se vuelve extremadamente simple:
¿por que no?
Empezamos juntos un curso y podemos
llegar a cuestionarnos muchas cosas en él. ¿Por que no?
Este curso se llama "romper el
techo" porque intenta ser una compañía en el camino de
búsqueda del único objetivo genuino del pensar filosófico: la
libertad.
Bienvenidos.