El sol en el verano
es un fuego excesivo.
De tanta luz no deja ver las cosas.
Es un calor sobrante
tanto derroche ahora,
y tan poco para el frío del invierno.
Su terrible soberbia calcinante
se contagia entre la gente,
y tanta piel sin sugerencia
atenta contra el humano juego
del descubrimiento y el deseo.
Y así yo extraño el fuego de la leña,
las lágrimas mas fáciles,
las sonrisas mas cómplices,
la búsqueda sin fin de los refugios.
Francisco Mina (Verano del 2013)